miércoles, 13 de abril de 2011

Bleh.


Mañana será un día perfectamente normal.
No va a pasar nada interesante o esa es la firme convicción que tengo. Supongo que me despertaré tarde, muy tarde, lo más que pueda... así al menos no me estaré muriendo de asco durante toda la jodida mañana.
Comeré, me ducharé, mi madre gritará un poco, mi padre también y después haré lo que tenga que hacer para el instituto... Bueno, mentira, no haré una mierda. Me iré a dormir y fin.
Aunque, con un poco de suerte, algunas flores se abrirán. Caerán al suelo e inundarán de color las aceras y el negro asfalto, dándole un poquito de vida a una ciudad tan muerta como la nuestra. Me iré al parque a hacer pompas mientras como golosinas azules y escribiré algo bonito.
Subiré caminando a casa mientras escucho una y otra vez canciones estúpidas que me recuerdan a esas burbujas de jabón (no digo pompas que quedaría redundante... ¡Mierda, he dicho pompas!), comeré, me iré a dormir y fin.
Sin duda, mañana será un día completamente normal.
A no ser que intentemos cambiarlo.