miércoles, 28 de septiembre de 2011

Odio los cerezos.

Ya ves, mi corazón
me conoce mejor de lo que me conozco yo mismo,
así que dejaré que hable por mí.
Yo vine desde un lugar que queda en medio de la nada,
con un gran caballo negro y un cerezo.
Sentí el miedo detras de mí y él me dijo
“No mires atrás, sólo sigue andando”.

Cuando el gran caballo negro dijo
“Oye” y dijo, “Mírame, ¿Quieres casarte conmigo?”.
Pero le dije que no, no, no, no, no, no.
Le dije, no, no, no, Tú no estás hecho para mí.
Le dije, no, no, no, Tú no estás hecho para mí.

Y mi corazón sintió un gran dolor desde ese momento
y entonces lo mantuve sin vida durante un latido, o dos.
Le corté algunas venas, no debería haberlo hecho,
porque no quiere olvidarlo después de todos estos años.

Así que lo mandé a ese lugar
en medio de la nada con el gran caballo negro y el cerezo.
Y ahora ya no quiere regresar, porque allí es feliz.
Ahora tengo un hueco para que el mundo lo vea.

Pero le dije, no, no, no, no, no, no.
Le dije, no, no, no, Tú no estás hecho para mí.
Le dije, no, no, no, Tú no estás hecho para mí...
Le dije, no, no, no, Tú no estás hecho para mí.
no, no, no, Tú no estás hecho para mí...

Gran caballo negro y un cerezo.
No puedo ir allí porque mi corazón me ha abandonado…
Le dije, no, no, no, Tú no estás hecho para mí.
no, no, no, tú no estás hecho para mí.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Juguemos a ser bruscos.

El Sol me está invitando a dormir con él.

Parece que la Luna nunca va a llegar, creo que se quedó en el reflejo del agua jugando con el bello cadáver de Narciso mientras Eco lloraba. La pobre, en su agonía no pudo dejar de repetir las últimas palabras que el hermoso joven le profesó: "qué estúpida... qué estúpida." Y dime, pequeña y dulce Eco, ¿alguna vez has repetido un te quiero? Seguro que lo respondes con el amor que nunca tuviste oportunidad de dar, y dime, ¿te han gritado un te odio?

Pregúntale a Narciso, si le ves, que qué tal saben sus propios besos y qué si la temperatura del río estaba a su gusto. ¿O tú sigues enamorada de él, pequeña? No le digas a nadie que su flor te recuerda a su aroma, que no puedes dejar de acariciar el agua donde su carne se descompuso... No lo digas si no quieres volver a tener que repetir sus últimas palabras oyéndolas desde otros labios.

"Qué estúpida, qué estúpida."

El sol no se va a poner nunca, Narciso está muerto y Eco llora, la obra no va a tener final. Él seguirá torturándola con su reflejo y ella emitirá hasta el último sonido que oiga para intentar olvidar su voz, esa que retumba en su cabeza. Eco sigue llorando, humillada y llena de rabia. Narciso está muerto y Eco quiere estar con él. Qué estúpida.

La Luna también se ahogó en el río, el Sol llora por ella. Qué estúpido.

sábado, 24 de septiembre de 2011

~

LLévame lejos, a enero,
estoy harto de este año, estoy cansado de todos los que están aquí.
Sólo necesito algún tiempo solo,
antes de estar preparado para volver a casa.
Tiene que haber algo ahí afuera para mi,
lo podía sentir en mi corazón el día que empecé a soñar.
Es más que este pueblo de Midwestern.
No puedo dejar que este lugar me mantenga abajo.

Entonces, me dije a mi mismo:
"Hay una chica afuera en la costa de California
Hay un mundo allá afuera y está esperando por ti",
y puedo oírlos llamando mi nombre esta noche.

Llévame lejos, necesito la arena y las olas,
la puesta de sol y no olvides esos cálidos días de otoño.
Sólo necesito salir de aquí
y visitar la costa sólo para verla.
Tiene que haber algo ahí afuera para mi,
lo podía sentir en mi corazón el día que empecé a soñar.
Es más que este pueblo de Midwestern.
No puedo dejar que este lugar me mantenga abajo.

Entonces, me dije a mi mismo:
"Hay una chica afuera en la costa de California
Hay un mundo allá afuera y está esperando por ti",
y puedo oírlos llamando mi nombre esta noche.

LLévame lejos, a enero,
estoy harto de este año, estoy cansado de todos los que están aquí.
Sólo necesito algún tiempo solo,
antes de estar preparado para volver a casa.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Receta para pasteles de aceite.

Yo lo fui todo, e incluso más.

¿Recuerdas cuando no podías dejar de mirarme a los ojos? Sí, esos tiempos en los que yo no imaginaba un día sin escuchar tu voz. Porque íbamos a ser tú y yo rodeados de sueños, tú y yo con una vida por delante la cual compartiríamos. Eran nuestras vidas y gracias a ti aprendí que se sentía al estar muerto.

Tú también lo fuiste todo, fuiste todo mi infierno y yo tu castigo, fuiste todo aquello en lo que no pienso convertirme nunca y yo no conseguí cambiar por ti. Porque tus besos eran dulces y tus caricias cálidas, pero hay días que el frío te despeja la mente y no te hace daño, días en los que las pesadillas son mucho más entretenidas que los sueños llenos de flores marchitas y mentiras flotando en el aire. Eso es lo que eran nuestras vidas, mentiras cargadas de prosa poética y melodías desafinadas que no iban a ninguna parte.

Y dime, ¿sigo siendo algo o ya te has olvidado del tacto de mis labios por todo tu cuerpo? Finos y suaves, aunque quizás los números los hayan convertido en ásperos. Con suerte algún días los verás en carne viva, con suerte cuando ya no haya más piel que desgastar. Porque, para ser sinceros, tú sigues siendo muchísimo para mí.

Y para ser sinceros, era mentira.
Siempre lo es.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Putas confesiones bajo las nubes.

Oigo cada noche a los susurros del viento.

Los oigo, pero no alcanzo a creerlos. Solo danzan por ahí diciendo que el cielo no tardará en volverse tan azul como aquellos ojos que llevaba esa chica mientras fumaba cigarrillos de vainilla. Lo dicen desde aquel beso bajo el resto del mundo, aquel que se convertiría en mi desgracia y castigo.

Miro las nubes cada tarde esperando encontrar un poco de sol entre ellas y mi mirada se desvía al suelo cuando me doy cuenta de que mi sombra desaparece y me quedo sin nada, totalmente solo deambulando por las calles de mis recuerdos sin poder parar de observar tantos falsos "te quiero" por todas partes... y créeme, son tantos que ni si quiera los pájaros que prometen serle fiel eternamente a su pareja se salvan de las mentiras que tienen preparadas los ángeles que ya no tararean canciones, porque ya ellos también han perdido su sombra y no tienen ganas de estar juntos, ni los ángeles ni los pájaros.

Y dime, ¿tú crees que podrás salvarte? Yo creía que sí, que yo iba a ser diferente y no iba a caer en sus mortíferas notas cargadas de sarcasmos e ironías pero parece que yo solo soy uno más en la lista de muchas personas. ¿Y ellos solo son un número más en las mías?... Ojalá alguien consiguiera convertirse en algo más que eso, seguro que ahí comenzaría a creer en los susurros del aire.

Seguro que ahí, los ángeles recobrarían su sombra.
Quizás hasta yo podría recuperarla.

domingo, 18 de septiembre de 2011

It's too cold outside...

No puedes salvar a las rosas de su triste final.

No importa la belleza que encierren sus pétalos o la dureza de las espinas que recubren su tallo, nada las salvará de marchitarse poco después de florecer o incluso antes. Si llega el invierno antes de que puedan sonreír los bordes serán recubiertos por una fina escarcha y ya no serán besados por ningún amante que rebose amor hacia algo perdido o idílico, porque es durante el invierno cuando el frío recubre los labios de aquellos que esperan que una rosa les dé la felicidad.

Pero quizás, solo quizás, algún beso les devuelva suficiente calor como para derretir esa capa de hielo que los recubre, tanto a los labios como a los bordes de los pétalos que encierran el color de lo que cada uno considera amor. Pero ese beso nunca llega antes de la muerte, nadie lo ha recibido antes de perder toda esperanza y ninguna rosa lo ha sentido antes de ceder ante el frío glacial.

Es entonces cuando las rosas se acostumbran al invierno y las personas abandonan la esperanza de sentir el calor de una caricia y sus ojos se llenan de frío, su sonrisa carece de ternura. Y es entonces cuando la oportunidad de las rosas de salvar a otra desaparecen, cuando solo les queda congelarse eternamente hasta que alguien se dé cuenta de que sigue con vida.

Y también las rosas saben que no te podrán salvar a ti tampoco.
Sus pétalos ya se han convertido en cristales.

sábado, 10 de septiembre de 2011

♪ ~

Ey, voy a irme del camino,
por ti.
Ey, voy a irme del camino,
también por ella.
Nunca pensé que acabaríamos aquí,
en jaulas separadas.
No de este modo,
dejaste fuera algunas páginas.

Ey, ¿cuando fue la última vez
que te reíste, y cuando lo hiciste de verdad?
Solo me lo estoy preguntando.
Hay tristeza en tu voz,
hay en abundancia.
Es asombroso cómo yaces
tan cerca de tu cura.

Nunca sé qué hacer con mi amor,
nunca sé qué hacer con mis manos.
Así que las voy a poner a mis espaldas,
las pondré detrás de mi espalda,
detrás de la espalda.

Hey, ¿no sabes lo que significa cuando digo:
"Oye, míralo en mi cara,
me estoy rompiendo."?
He esperado durante tanto tiempo...
sólo para saber
que tú me envolverías
si te fueras.

Nunca sé qué hacer con mi amor,
nunca sé qué hacer con mis manos,
así que voy a poner a mis espaldas.
Las pondré detrás de mi espalda,
detrás de la espalda, detrás de la espalda.
Ponerlas detrás...



¿Puedo irme del camino mañana?
¿Puedo entrar en el camino esta noche?...

martes, 6 de septiembre de 2011

Cartas de hielo.

¿Alguna vez has tenido una pesadilla en la que lo pierdes todo?

Y sufres al despertarte, deseando que te colmen de frías caricias sin sentido, llenas de mentiras... ¿Pero qué más da eso si tienes una razón para vivir, aunque sea falsa? Porque eso es lo que buscamos todos, alguien que desee abrazarnos al llegar a casa, alguien que sea capaz de mentirnos tan bien que lleguemos a creérnoslo.

Dime que me equivoco y que no es eso lo que busco, por favor. Intenta hacerme ver una realidad que no exista y déjame soñar de nuevo con cálidas pesadillas llenas de buenas intenciones y de besos envenenados, paisajes en los que las estrellas no me dejen temer a la oscuridad de lo incierto y en los que una gran luna llena acompañe cada rima y cada suspiro.

Quiero susurrar que existe un mundo mejor lejos de lo que vemos, que solo estamos en una época sensacionalista y no tan horrible si pusiéramos los pies en el suelo. Quiero cerrar los ojos e imaginarme tus manos rozando mis brazos, cuidándome mientras sueño con tus besos.

Pero con el tiempo, esa fantasía caerá al suelo rompiéndose.
Y no habrá un mundo mejor, ni susurros de hielo en mis oídos.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Memorias de sueños rotos, volumen 1.

Todo el mundo parece muy ocupado.

Corren de un lado a otro y ni si quiera escuchan los latidos de sus propios corazones, nadie se para a mirar al cielo. En cambio, siempre encuentran un minuto para quejarse: se quejan del tiempo, de la economía, de la situación política y de sus problemas amorosos.

¿Por qué son incapaces de pararse un momento y escuchar las respuestas que todos llevamos dentro? Ah, se me había olvidado, el ser humano cada vez tiene menos conciencia de lo que es sentir algo de verdad, a muy poca gente se le ponen los pelos de punta al escuchar una buena melodía o al observar un cuadro. Ojalá mis versos, aunque sean mediocres, logren estremecer a alguien.

Pero no hoy, hoy estamos muy ocupados yendo a ninguna parte.

¿Sabes? No vamos a encontrar la felicidad en la otra cara de la moneda, huir de nuestros problemas no nos va a hacer más fuertes. ¿Algún día lograremos entenderlo o seguiremos caminando con este rumbo indefinido?...

Mejor no me respondas, solo dame la mano.
Al menos así estarás conmigo hasta que seamos gente.
¿Yo también dejaré de escuchar los latidos o encontraré otro camino?

jueves, 1 de septiembre de 2011

Despedidas cargadas de electricidad.

En eso consiste un adiós.

Levantas la mano desde el otro lado, después de que te colmaran a besos. Pasas un detector de metales, no llevas nada. Miras hacia atrás y sonríes levantando la mano de nuevo mientras las lágrimas pelean por salir y dejarte en ridículo delante de miles de personas a las que no volverás a ver. Te das prisa, compras un par de chicles de manzana, lloras en silencio, te miran.

Les devuelves la mirada que carga la pena de tantos años, les miras y solo con eso les dices lo que pasa. Apartan la mirada de ti, como si les hiciera daño, mensajes con ella en los que hablas sin decir nada. Una señora te sonríe de manera tierna, tú sin pensarlo la correspondes.

Avión, cinco horas de vuelo, una eternidad.
Guardaré mi sonrisa para ti, volveremos a encontrarnos, nos abrazaremos.
Volveré a llorar, guardaré tu sonrisa.