martes, 30 de septiembre de 2014

Suck.

Vaya, esto es incómodo.

¿No ves que llevo toda la vida esperando al segundo en el que entendieras que existo? Siento cada latido en mi pecho como el movimiento de unas agujas que, sin pausa, se dirigen hasta el principio que encarnan todos los finales. ¿Cuántos suspiros dijeron que las puertas cerradas abrían ventanas? Es una lástima llegar a entender la verdadera utilidad de una, tener que limitarte a observar al resto del mundo con la única posibilidad de imaginarte desafiando todas las leyes conocidas para acabar reconociendo que nunca se repetirá ese último abrazo ascendido a sueño utópico.

Es una lástima llegar a entender el verdadero uso de las utopías.