Solo quiero atravesar el velo.
Nadie querría invitar a un pájaro cojo a bailar, las nubes se acumulan pero ningún torrente me ahoga. Resuena en mis oídos que sin miseria no existe vida y la canción vuelve a empezar pero no consigo quedarme sordo, un grito agudo llora desde mi estómago para callarse en la garganta, se confunde en las estrellas y vuelve a mí. El humo es lo que queda cuando el bosque arde.
La realidad no es más que un grillete y yo un charco en la celda,
ningún rayo de sol me evapora.