domingo, 6 de marzo de 2016

Dulce brisa.

Dame de tu calor.

Cayó el ángel y calló el miedo, la gravedad te acuna hasta mi regazo para que mi destino me haga flotar hasta ti una y otra vez. Ávalon me llamas pero Paraíso eres, tus rosas doradas siempre llegan hasta la superficie cristalina de mi estanque, pueblan el Edén que construyes con tu sonrisa.

Tomo tu mano en la Oniria y te siento en mi corazón, eres el toque de la divinidad en la Tierra.