miércoles, 20 de marzo de 2019

Si tragas gusanos...

Echo a la luna en mi café.

Mi corazón es marea baja, desierto desolado nutrido con sal y sol. Cada grano de arena un segundo perdido y una pasión que no tuve, el mismo chiste repetido hasta que muere la voz y renace el miedo brillante y dorado como el corazón del ser amado, un beso con sabor a brisa de una isla que no es la mía, ¿soy la raíz seca de un árbol que nunca quiso crecer o la semilla de una flor autocomplaciente sin lluvia ni mañana?

"Acuéstame a tu lado Fobos, dame el calor que me niego y prometo no dejar de temblar nunca", canto a la nada acompañado por la risa. En el vacío de mi estómago una araña teje su red, transforma en crisálida la carne de la que nada puede nacer, hace semanas que dejó de moverse sin encontrar presa que no sea ella misma.

Las mariposas se me escapan cada vez que vomito el corazón.