martes, 27 de enero de 2015

Edén.

He abrazado al destino, Padre.
Madre, mis alas mueren por volar con él.

Suspiro a la tormenta plegarias para que su hilo y el mío se enreden, un abrazo en el que sentarnos a ver girar el mundo. Mis manos se besan, piden su sonrisa y un final que no la arrastre como el otoño a las hojas, ofrezco el orgullo que ascendió a falsa deidad y clavo las rodillas en el suelo, ¿me escuchas, Padre, escuchas como late mi corazón y se descongela?

Oh, Madre, concédeme la cima más alta para coronarla en su nombre, cabalgaré las nubes en busca del jardín en el que nuestras promesas trasciendan y la primavera nunca marchite, donde la dulce brisa algún día otorgará significado al huracán. Madre, dame el valor con el que amas, haz de mi miedo mi fuerza.

Madre, Padre, escuchad mi súplica, al río crecer, las flores abrirse, el viento volar.
Padre, Madre, abracé el destino y él también me dio la vida. Dejadme devolvérsela.

jueves, 8 de enero de 2015

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La tormenta truena tu nombre.

Caen doradas las lágrimas que en gran estruendo se deshacen, la tierra arde al no encontrarte. El pájaro ya huyó de la jaula llamada hogar, arrastrado por la tempestad que cobró sus plumas buscando sentirse poeta, ni siquiera Belaam podría volver hacer sentir gozo al ave. La lluvia cesa al clavar la vista en el gris de las nubes buscando algo de luz, mi corazón desborda como lo haría el río. Entonces lo veo, dorado como al principio, pero sin nada que perder.

El sol clama por ti. 

lunes, 5 de enero de 2015

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En el mar de humo se ahoga tu nombre.

Las sirenas dejaron de nadar, vuelan como al principio de los tiempos, los humanos les han devuelto las alas. El mundo se transforma a la imaginación y capricho de quien duerme en el sol, ¿cómo llegar hasta él? Las aguas se han apartado, en el fondo del abismo un llanto intenta volver a llenar el océano, los peces han ido a dormir a las nubes y mi corazón se seca. Mis pies caminarían de nuevo todo el camino, pero mi alma está cansada, ¿qué le ocurrió a mi confianza en el destino? Quizás solo el tiempo.

Mis sueños comienzan a ahogarse y la vida cruza su mirada con la mía.
No puedo distinguir qué es más real.

viernes, 2 de enero de 2015

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La nada inunda.

Un gran vacío devora mi pecho, mi garganta sangra y no puedo articular palabra. Tengo miedo al despertar, al seguir, es una de esas emociones que se entierra bajo las costillas porque te convierte en una hormiga frente al fuego, quizás un abrazo y un "todo irá bien" de la persona adecuada lo hagan más llevadero, pero Baco está dispuesto a adelantarle. Las nubes tapan el azul que me recuerda a ti hoy, ayer y parece que siempre, tengo la leve esperanza de que lo volveré a ver.

Quiero creer en algo, pero el mundo solo tiene espaldas para darme.
La nada me rodea y me pierdo en sus caminos.