lunes, 25 de enero de 2016

Plegarias.

Me he arrodillado en mitad de la tormenta.

El tambor del trueno dibuja con su sonido desde el cielo lanzas y arde en los árboles, doy gracias a las nubes por la lluvia y al viento por espantar a los animales, ¿para qué sufrir? Ya me queda claro de qué está hecho lo que habita fuera de la Oniria, vamos a decir que no es del todo un cristal roto porque tu reflejo se ve entero desde mi lado. Agradezco a la tormenta que llegará la calma, porque llegará, ¿verdad? Con mis rodillas empapadas de barro me hundiré para poder volar contigo más alto, ¿sabes que podremos dejar que la brisa nos lleve lejos? Es sin duda la necesidad de encontrar en esto renovación y no solo decadencia, la necesidad de tu sonrisa.

Agradezco hacerte sonreír, ¿sabes? Tú me haces agradecer.

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