sábado, 24 de marzo de 2012

La verdad duele más.

No siento pena por aquello que perdí, me lamento por lo estúpido que soy.

¿Por qué nunca arriesgo, por qué soy tan cobarde? Y me sigo lamentando, sin avanzar, deseando que tú estuvieras aquí para pasar juntos el fin de semana, aunque los dos sabemos que no acabaría bien. Debería haberlo perdido todo allí, lejos del mundo y bajo la presión de todo, supongo que a veces hay que hacer lo que sientes y no lo que crees correcto.

Y créeme, aún me arrepiento de haber hecho lo acertado.
Y hoy no lloro porque estuviera mal, sino porque no quería hacerlo tan bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario