miércoles, 8 de febrero de 2012

Lies.

El cielo no se teñía de ningún color.

Las sonrisas no emocionaban a nadie y las aguas ahogaban a los peces que intentaban surcarla para llegar a casa, donde nunca les esperaría esa persona a la que tanto querían. Las rosas morían en otro invierno y tú no parecías percatarte, así que decidí regalarte una flor sin vida y sin color. Tú no te diste cuenta, tus ojos tampoco relucían por nada.

Y dijiste que eras humano y que la vida te encantaba, que disfrutabas estando con otras personas y aprendiendo cosas nuevas, pero algo murió dentro de ti y con eso, el mundo. También dijiste que "si la muerte era la ausencia del color y del dolor, también lo sería de las cosas que más amabas", así que decidiste robar lo único que nos quedaba a todos. Y ahora todos estamos solos.

El cielo se quedaría negro o blanco, siempre depende de como veas esa ausencia, las rosas mueren congeladas entre gritos pero nadie habla. Nada es nada y todo también lo es, porque cuando el viento no sopla todo deja de vivir. Tú te llevaste el viento, las estrellas, los deseos a las nubes y lo demás.

Pero el invierno decidiste dejarlo, ahora no te lo llevas de vuelta.
Y ahora todos estamos solos, aquí.

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