domingo, 13 de enero de 2013

Black and White.

"Tras el humo se esconde la realidad".

Buscando historias que contar nos perdemos en los recuerdos y entonces nos perdemos en palabras que nunca dijimos. Durante el día y la noche, ciertos momentos de soledad nos conducen a una cama vacía con una taza de café frío a medio acabar a la izquierda, las sábanas calientes y nadie para mantener su temperatura. La nieve se cuela por la ventana y roba el calor, fundiéndose y mojando la cama cuando debería mojarla el sudor de dos cuerpos.

En la noche los recuerdos nos inundan y nos ahogamos en ellos, los colores que fueron un día son los que queremos en nuestras vidas, aunque no volverán por mucho que lo deseemos. Los colores de hoy son más apagados que los cuartos en total oscuridad y el mañana cada vez es más decrépito, nadie quiere oír de hablar de él, pero a nadie se le quita de la cabeza su tonalidad inerte.

"Tras el humo se esconde la realidad", pero yo no quiero mirarla.

Y aún así me obligo, pongo mis ojos a su disposición, rompo mi alma en ella hasta el punto de sentirme muerto. Ahí, en la noche, miro a mis recuerdos, me inundan y me ahogo en ellos, los colores no van a volver. Después levanto la vista y vuelvo a mirar al mañana mientras le murmuro "no me dejes solo, no me abandones". La nada me promete estar siempre a mi lado, me toma la mano y me levanta de mi patética posición.

De repente, no hay nada que pueda abandonarme.
De repente, la nieve se ha derretido sobre mí y el café derramado hiela mis dedos.
Y me siento vivo, y sonrío.

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