jueves, 11 de junio de 2015

Dárel.

Nunca debí dejarte solo tanto tiempo.

Entre mis arrepentimientos y mis más profundos e ilógicos miedos descubro tu sonrisa y tu mano tendida, la rozo, tu esencia vuela a mi alrededor. Tu corazón late con fuerza, quiero acelerarlo y hacer que se amanse en un jadeo, compartir contigo mis sueños a tu oído mientras Morfeo te arropa y yo acaricio tu cabello como a la más preciada tela. Y debo admitirlo en un susurro acompañado de un beso, el futuro me aterra porque no quiero imaginarlo sin ti, quiero poder volver todos los días al hogar que ya creo haber encontrado y poder desempaquetar hasta mi última esperanza en la palma de tu mano, que puedas sentirlas y me sonrías aún entre miedos, sin más arrepentimiento que el habernos alejado ni menos gloria que la eterna que juntos esbozamos.

Nunca debí darle la espalda un día a toda la vida y amor que en mi corazón bombeas.
"Ceasbna acdyné y di mytu".

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