sábado, 25 de mayo de 2013

Destroy, create, destroy again.

No te acuerdas de todo lo que te quise.

Pero yo sí recuerdo como se me salía el corazón al rozar tus labios, no solo porque fuera algo prohibido, sino por todo lo que me hacía sentir el momento en el que nuestros alientos se fundían en uno y yo pensaba: "quiero besarle y ser solo para él, demostrarle que puedo ser su futuro si lo desea, que lo arriesgaría todo por un recuerdo que llevarme a la tumba". Pero nunca lo hice y tú tampoco, aunque mi mirada suplicara un poco de compasión, ni si quiera sabiendo que con un beso me habrías arrancado las palabras que deseabas escuchar. Porque lo sabías, ¿no?

Cuando me miro al espejo que permite ver más allá del cuerpo aún leo tu nombre, el tiempo no ha podido borrarlo. No has sido simples letras en la orilla que la marea arrastra, alguien decidió tallarlo en piedra para que yo después considerara una buena idea encadenarme. Aún hoy me ahogaría en ti, estúpido, ¿verdad? Tan estúpido como mi forma de decirte lo que sentía, tanto como el día que dije: "no es como si le quisiera, simplemente es un recuerdo bonito." Muy estúpido.

Y te tengo en una urna de cristal guardado, tu voz grabada en mis oídos para que sea la banda sonora de mis momentos más nostálgicos, tu tacto tatuado con fuego en mi piel por si algún día me olvido de qué es que te toque quien adoras, tus promesas en mis manos. Tantas cosas tuyas en mí y tan poco mío en ti, porque yo solo era aquél chico extraño e incomprensible, con suerte hoy al menos seré polvo.

No me acordaba de todo lo que te quiero.
No me acordaba de todo lo que me dueles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario