Estoy estancado, no solo en la tierra, sino en el viento. Una brisa circular recorre mi cuerpo habiendo una tormenta delante mío, me obliga a quedarme a salvo, seguro y protegido, pero no es protección lo que necesito. Mis sueños de vientos desatados y fuertes relámpagos reanimando mi corazón superan con creces a la música de la calma, las emociones y pasiones me esperan al otro lado del mar que, tranquilo, se opone a mi escape aunque sin impedir el mismo. Solo espera que si me voy no vuelva y yo, encantado, acepto su trato. "Si me voy, no volveré."
Los días pasan, mi vida lo hará. Pero no aquí, no en esta isla.
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