viernes, 2 de agosto de 2013

"I love us."

Siempre fuiste tu propia llama en la oscuridad.

Recuerdo cuando pensabas que el falso amor te haría más valioso y el verdadero encontraría la manera de matarte, la forma en la que encerraste tu corazón en una cárcel de humo y rociabas su carne con alcohol cada noche para olvidarte de que latía por alguna razón aún no conocida, realmente lo hacías. Yo te miraba, incluso en la oscuridad te abrazaba cuando no hacías más que sangrar porque te odiabas a ti mismo, recuerdo el segundo en el que hice de mis brazos tu prisión y susurré "todo irá bien, tus sueños están para cumplirse". Recuerdo esa sonrisa empapada por lágrimas y tu forma de mentirme y creer a la peor parte de ti mismo.

¿Esperabas caer muerto antes de encontrar un camino por continuar? Puedo ver en tus pupilas la alegría que sientes por seguir aquí, aunque no quieras admitirlo. Dejaste de ser aquel proyecto fallido de suicida agrietado para convertirte en el aterrado soñador limitado por su propia lengua, viniste para castigarte a ti mismo y encontraste un perdón escrito para alguien como tú flotando en el viento, acompañado de canciones contrarias a las entonadas cada noche por las voces de tu cabeza, las que querían hundirte. El cabello largo, representante del caos y la desgana a la que sumías tus horas, cayó por tus propias manos, sentiste lo fácil que era cortar con un pasado doloroso y no sentir nada, miraste a tus ojos café en el espejo y prometiste que mañana no serías aquel muchacho colgado junto a las llaves de casa.

Fuiste la llama que te salvó de morir ahogado en la nada.
Y hazme caso, cada vez te ves más brillante. Estoy orgulloso de ti, muchísimo.

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