Un tornado atrapó las lágrimas y ya aquí no hay nada a lo que llorar, el enterrador hunde en el mundo al ataúd que no abraza cadáver. "Ahora la tierra te amará", y esta se arroja como un cuerpo sin sueños en la madera de la caja vacía.
Una gota cae de una hoja, desaparece en mil pedazos.
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