martes, 16 de diciembre de 2014

"Limonakis".

Caigo, caigo.

Estiro el brazo, tu vista no me alcanza y mucho menos tu mano, ¿por qué la guardas en tu bolsillo? Todo lo que dijimos lo dije solo, ¿verdad? ¿Por qué te prometí la vida si esta es mi mayor arrepentimiento? Voy a marchitar, ¿no lo sientes o no te importa? El miedo es mi mejor compañía en las noches, ya no me invade, soy yo quien le abre la puerta y le sirve una copa de vino.

Hundido y descubriendo un nuevo fondo cada amanecer, mi culpa.
El silencio como melodía arde, ojalá la vida me dejara morir en sueños.

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