domingo, 25 de diciembre de 2011

Love isn't fair.

El viento se lleva las palabras que construyen las promesas.

A veces, pero no siempre, la brisa que acompaña a los cambios de estaciones trae de vuelta a los corazones rotos. Supongo que duelen, pero es seguro que nos hacen más fuertes y nos quitan el miedo a fallar de nuevo, o al menos lo intentan. Al parecer fallar no es una opción cuando tratamos de atravesar los laberintos repletos de cenizas y mentiras agrietadas, sino más bien es lo que se espera de ti.

Yo no espero que falles, pero porque ni si quiera espero nada de ti. ¿Realmente crees que podrías prometerme un cielo y regalarmelo? Ojalá pudieras, ojalá demostraras que me equivoco. Pero no lo harás, no te merece la pena, nada lo hace últimamente.

Supongo que debería dejar de esperar a que el viento trajera alguna palabra de ánimo.
Esperar cosas así, es una pérdida de tiempo para alguien como yo.
Esperar es de cobardes.

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