domingo, 27 de septiembre de 2020

Hoy te echo de menos, a mi lado.

 ¿Puedes oírme?

Aún cuando nuestro fuego ha sigo consumido, oro. Nuestra hoguera apagada no es más que hogar para aquellas criaturas que habitan nuestro interior, en mis manos conservo la última ascua y a ella me consagro. El humo no se desvanece, nunca lo hará, y aunque con la brisa te escapes aquí dejo mi último deseo, que tu camino y el mío se vuelvan a cruzar, allí donde las montañas puedan alzarte y la marea no me consuma. Ahora dame un último beso y cruza el velo pero quédate conmigo, dame solo un segundo de tu sonrisa y vuela libre una eternidad. 

Mi voz y la tormenta son uno, pero tu corazón canta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario