viernes, 2 de septiembre de 2011

Memorias de sueños rotos, volumen 1.

Todo el mundo parece muy ocupado.

Corren de un lado a otro y ni si quiera escuchan los latidos de sus propios corazones, nadie se para a mirar al cielo. En cambio, siempre encuentran un minuto para quejarse: se quejan del tiempo, de la economía, de la situación política y de sus problemas amorosos.

¿Por qué son incapaces de pararse un momento y escuchar las respuestas que todos llevamos dentro? Ah, se me había olvidado, el ser humano cada vez tiene menos conciencia de lo que es sentir algo de verdad, a muy poca gente se le ponen los pelos de punta al escuchar una buena melodía o al observar un cuadro. Ojalá mis versos, aunque sean mediocres, logren estremecer a alguien.

Pero no hoy, hoy estamos muy ocupados yendo a ninguna parte.

¿Sabes? No vamos a encontrar la felicidad en la otra cara de la moneda, huir de nuestros problemas no nos va a hacer más fuertes. ¿Algún día lograremos entenderlo o seguiremos caminando con este rumbo indefinido?...

Mejor no me respondas, solo dame la mano.
Al menos así estarás conmigo hasta que seamos gente.
¿Yo también dejaré de escuchar los latidos o encontraré otro camino?

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