miércoles, 28 de septiembre de 2011

Odio los cerezos.

Ya ves, mi corazón
me conoce mejor de lo que me conozco yo mismo,
así que dejaré que hable por mí.
Yo vine desde un lugar que queda en medio de la nada,
con un gran caballo negro y un cerezo.
Sentí el miedo detras de mí y él me dijo
“No mires atrás, sólo sigue andando”.

Cuando el gran caballo negro dijo
“Oye” y dijo, “Mírame, ¿Quieres casarte conmigo?”.
Pero le dije que no, no, no, no, no, no.
Le dije, no, no, no, Tú no estás hecho para mí.
Le dije, no, no, no, Tú no estás hecho para mí.

Y mi corazón sintió un gran dolor desde ese momento
y entonces lo mantuve sin vida durante un latido, o dos.
Le corté algunas venas, no debería haberlo hecho,
porque no quiere olvidarlo después de todos estos años.

Así que lo mandé a ese lugar
en medio de la nada con el gran caballo negro y el cerezo.
Y ahora ya no quiere regresar, porque allí es feliz.
Ahora tengo un hueco para que el mundo lo vea.

Pero le dije, no, no, no, no, no, no.
Le dije, no, no, no, Tú no estás hecho para mí.
Le dije, no, no, no, Tú no estás hecho para mí...
Le dije, no, no, no, Tú no estás hecho para mí.
no, no, no, Tú no estás hecho para mí...

Gran caballo negro y un cerezo.
No puedo ir allí porque mi corazón me ha abandonado…
Le dije, no, no, no, Tú no estás hecho para mí.
no, no, no, tú no estás hecho para mí.

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