lunes, 19 de septiembre de 2011

Putas confesiones bajo las nubes.

Oigo cada noche a los susurros del viento.

Los oigo, pero no alcanzo a creerlos. Solo danzan por ahí diciendo que el cielo no tardará en volverse tan azul como aquellos ojos que llevaba esa chica mientras fumaba cigarrillos de vainilla. Lo dicen desde aquel beso bajo el resto del mundo, aquel que se convertiría en mi desgracia y castigo.

Miro las nubes cada tarde esperando encontrar un poco de sol entre ellas y mi mirada se desvía al suelo cuando me doy cuenta de que mi sombra desaparece y me quedo sin nada, totalmente solo deambulando por las calles de mis recuerdos sin poder parar de observar tantos falsos "te quiero" por todas partes... y créeme, son tantos que ni si quiera los pájaros que prometen serle fiel eternamente a su pareja se salvan de las mentiras que tienen preparadas los ángeles que ya no tararean canciones, porque ya ellos también han perdido su sombra y no tienen ganas de estar juntos, ni los ángeles ni los pájaros.

Y dime, ¿tú crees que podrás salvarte? Yo creía que sí, que yo iba a ser diferente y no iba a caer en sus mortíferas notas cargadas de sarcasmos e ironías pero parece que yo solo soy uno más en la lista de muchas personas. ¿Y ellos solo son un número más en las mías?... Ojalá alguien consiguiera convertirse en algo más que eso, seguro que ahí comenzaría a creer en los susurros del aire.

Seguro que ahí, los ángeles recobrarían su sombra.
Quizás hasta yo podría recuperarla.

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